La convivencia entre perros y gatos es muy factible y pueden llegar a ser grandes amigos.
¿De qué depende que dos animales tan distintos se lleven bien? Ambas especies tienen un lenguaje no verbal que les permite vivir en grupo y evitar conflictos.
Para una buena socialización y adaptación debemos ser pacientes, respetar los tiempos sin prisa y con mucha paciencia, esto nos ayudará a fortalecer la relación entre ellos desde los primeros encuentros.
Elige momentos en que los animales estén calmados para que puedan interactuar y empiecen a reconocer olores el uno del otro.
Es conveniente que tengan su propio comedero, bebedero, zona de descanso y juguetes, independientemente de que decidan compartirlo con el otro.
Recuerda no regañar o castigar al animal si el perro ataca al gato, ya que es la conducta natural del can, así como la del gato por arañar o esconderse, ya que su instinto natural pueden llevarlos a reaccionar de esa manera.
Alimentarlos mejor, es un POEMA®.